El día después de la Navidad
tiene que hacerse eterno en el corazón,
para enseñarnos que siempre hemos de vivir con humildad
y agradecimiento de todo aquello que
llega a nuestra vida,
porque absolutamente todo
tiene una razón y un sentido
no siempre
comprendido por nosotros.
Hagamos
extensiva la paz,
la empatía,
el abrazo distendido,
cálido, sincero…
la sonrisa abierta,
la escucha y la atención a quien nos la pide
en silencio o con palabras…
Estemos atentos a la vida
que se abre amorosamente frente a nosotros cada día
en millones de gestos únicos e irrepetibles,
que por ser tantos,
se nos
escapan de la vista…
Abramos las
puertas al amor y la amistad,
sin tantos condicionamientos y prejuicios
que nos impiden ser felices
Vivamos de
acuerdo a lo que verdaderamente somos en esencia.
Disfrutemos.
Pidamos por la paz y la justicia del mundo …
hace
falta realmente mucho amor.
A todos ustedes mis queridos blogueros
quiero decirles que aunque estoy casi nada por aquí
los tengo siempre presentes en mi alma
y les deseo lo mejor para sus vidas, paz,
trabajo, amor, serenidad, alegría …
VIVAN!!!! 💓