El reloj tiñe serenamente
el umbral de mis ojos.
Rojos, amarillos y añiles en
los campos.
En las pupilas,
Flores blancas
aproximando
tu
risa, como antes.
La espontaneidad del abrazo
Cálido
Humilde
Nuestro
bajo los árboles mudos y azules
frente al amor genuino.
¿Recuerdas?
El café de boca en boca
Y tu rosa del jardín dedicada.
A veces las sensaciones
son difusas
Y otras
¡Estas tan cerca!
Eligiendo morir…
Y yo
Inmóvil
Estrujando la escarcha
entre los labios,
Desgastando hasta el
último de tus deseos
En este océano blanco y
desnudo de musas.